
EL ÚNICO HORIZONTE ES EL DE LA VOLUNTAD
Ideas en torno al Desarrollo y la Educación
POLÍTICA
Nicolás Godoy
7/15/202510 min read
Este boceto de propuestas lo preparé para conversar en el Encuentro Regional de Juventudes NEA (Eje: Desarrollo humano y educación), a realizarse el 25 de julio de este año, por invitación de mi amiga Carla. Así que decidí partir de lo más elemental, que es el concepto de desarrollo:
La reflexión sobre el desarrollo, un concepto multidimensional, tiene su eje en una preocupación por el bienestar. En efecto, lo que motiva la discusión sobre el desarrollo, y la práctica orientada a alcanzarlo, es una pregunta por cómo garantizar condiciones de vida satisfactorias para el mayor número. (Bril Mascarenhas, Freytes, O’Farrell, & Palazzo, 2020)*
Pero antes de hablar un proyecto concreto de desarrollo para el país -o la provincia-, es necesario sortear los principales impedimentos para llevarlo a cabo ¿Cuáles son las principales barreras? Identifico dos principales, ambas relacionadas y de tinte ideológico, pero vamos por partes.
Barrera nro. 1: Las herencias del neoliberalismo
Desde finales de los años '80 es difícil pensar en propuestas que tengan que ver con desarrollo sin que las mismas no estén impregnadas de la concepción neoliberal. Esto quiere decir, la percepción de la supremacía del mercado y los privados ante la iniciativa estatal, la veneración a las cuentas ante los intereses de transformación social. Entonces, debido a la hegemonía de este pensamiento, constantemente los partidos políticos se fueron tiñendo de esta forma de ver el mundo. Un claro ejemplo se dio en los años '90, cuando la socialdemocracia a nivel internacional ejemplificada en Tony Blair -del Laborismo Británico-, significó una continuidad con matices el modelo que pusieron en escena Thatcher y Reagan.
Fue así que la diferenciación entre izquierdas y derechas, se materializó principalmente en el ámbito cultural (siendo tal vez más apropiado utilizar los términos progresistas y conservadores). En la Argentina, la experiencia kirchnerista representó la respuesta al neoliberalismo de la década anterior, pero no significó una transformación sustancial de la herencia menemista ¿Por qué? porque no hubieron reformas significativas en la matriz productiva del país (tampoco en otros aspectos fundamentales para el desarrollo, cómo en educación. Se mantuvo la Ley de Educación Superior y la desigualdad escolar entre regiones, consecuencia de la transferencia del Estado Nacional a las provincias en esta materia), y aunque las políticas “neokeynesianas” lograron un éxito relativo durante la primer década del siglo XXI, su principal huella fue un modelo basado en subsidios a los privados para abaratar costos e incentivar el consumo de los ciudadanos.
Ya a mediados de la segunda década del nuevo siglo, este modelo empezó mostrar sus flaquezas expresadas en la inflación, el problema cambiario y la pobreza estructural, no obstante en esos años “subsidio” todavía no era una “mala palabra”. Es así que la década actual -acompañada de la pandemia y nuevas formas de socialización y del trabajo mediadas por las nuevas tecnologías- trajeron consigo un nuevo vocabulario, y ya no serían aplaudidas cuestiones cómo “intervención del Estado” o “políticas sociales”.
Esto nos lleva a la actualidad, dónde el año pasado una figura cómo Cristina Kirchner habló sobre el problema del déficit fiscal** y el resto del arco opositor (sólo contando con algunas excepciones en expresiones minoritarias dentro del peronismo) intenta jugar el partido en la cancha que domina el libertario con peluca.
Entonces ¿Qué hacer? (Re)Pensar, debatir, plantarse, jugarse, acordar y mirar experiencias en otra parte del mundo. Pienso que los errores que se cometieron desde el arco “progresista” de la política, en gran parte fue por falta de ideas sólidas, de nueva bibliografía que se anime a romper los cercos que nos dejó el neoliberalismo en nuestras sociedades. Otras cuestiones que impidieron el desarrollo no tuvieron tanto que ver con errores, sino con “omisiones” en lo que se refiere a fenómenos cómo la corrupción y el narcotráfico, principalmente. Acá podemos observar complicidades e impotencia para enfrentar estos obstáculos no solo del desarrollo, también de la democracia. Es imposible avanzar si quienes nos representan tienen negocios con grupos que mantienen las desigualdades existentes, o hacen la vista gorda ante dinámicas destructivas para la sociedad como la proliferación de consumos problemáticos y la violencia cómo formas de vida.
Barrera nro. 2: La paz se hace con el enemigo
Cómo reza la conocida frase de El Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”, es necesaria tenerla en cuenta siempre, porque muchas veces en la obviedad se encuentran las respuestas que necesitamos. La selección del subtítulo es una frase que la escuché del politólogo Andrés Malamud en una exposición sobre el conflicto entre Irán e Israel, y me llamó poderosamente la atención porque me hizo pensar en la Argentina, en la enemistad irreductible que existe entre fuerzas políticas que comparten coincidencias ideológicas. Y este enfrentamiento no se da solo entre los partidos, también es pedido por sus respectivos adherentes, ya que “transar” con sus rivales sería traición. La máxima condena a los acuerdos cómo método político tuvo su clímax en el Pacto de Olivos, que nos legó la única constituyente dónde todas las fuerzas políticas con representación participaron de la redacción de la nueva Carta Magna (sí, la de 1853, 1860, 1949 y 1957 tuvieron exclusiones significativas).
A esto hay que sumarle que cooperación no debe ser solo hacia dentro del país, también debe ser regional e internacional, pero sobre todo pensar en latinoamérica o sudamérica cómo una región estratégica y de cooperación, la cual debe ser una construcción constante, ya que la unidad cultural o cercanía geográfica no determinan vínculos recíprocos necesariamente.
Volviendo a nuestro deseo de un proyecto de desarrollo, para ello necesitamos un debate entre los diferentes espacios de representación existentes en la sociedad (no solo los partidos), la capacidad de ponerse de acuerdo dejando de lado intereses mezquinos, sectoriales y egos, y sobre todo estableciendo el compromiso que dichas coincidencias perduren en el tiempo. Todavía no hablé de ninguna idea que nos pueda llevar al desarrollo, pero ya parece una utopía. Acá recupero la idea que titula esta nota (que es una frase que me la dijo mi amigo Juan), el único horizonte es el de la voluntad. Sí, es la materia prima de todo sueño, de todo proceso de cambio y -probablemente- lo único que nos queda. Sin esta llama esencial nada de esto sería posible, y sin dudas que el camino es y va a ser aún más difícil, pero no imposible (al menos no lo sabremos hasta que intentemos). Para esto debemos articular elementos esenciales, arrancando con la educación.
Respuesta Nro. 1: “Poco se logrará, sin embargo, si no se piensa en la educación”
En la propuesta de Estado y Sociedad de Alfonsín plasmada en Democracia y Consenso (1996), el último referente radical afirma que todo proyecto requiere necesariamente de un modelo educativo que la acompañe. De educación se habló y se habla mucho, sabemos de muchos retrocesos y la importancia que tiene, pero se pone menos en agenda ciertos cambios de las formas y los contenidos. Habitualmente se aborda la educación para el mundo laboral, algo sobre la formación ciudadana y mucho menos sobre las dimensiones humanas.
Es insoslayable que hoy en día los vínculos humanos cómo los conocíamos están en crisis debido a la mediación de la tecnología y la estructura social, económica y productiva. Es así, que la salud mental se encuentra en el centro de los problemas sociales, que en la mayoría de los casos se encuentra inmersa en dilemas existenciales, cómo el lugar que nos corresponde en el mundo.
Por lo tanto, para lograr un proyecto de desarrollo que aspire a la igualdad, a la libertad y al bienestar, debemos integrar las dimensiones materiales y humanas en la educación. Para así construir comunidad, ya que desde el individualismo cada vez más profundo en el que vivimos, se agotan los horizontes dónde es posible cambiar el mundo.
Para pensar esta instancia, retomo el planteo del escritor Ernesto Sábato sobre que el capitalismo y el socialismo en el siglo XX buscaron someter al hombre humano, el hombre íntegro -cómo él dice-, al hombre-engranaje, al hombre cosificado. El capitalismo del siglo XXI entendió que la libertad es la dimensión esencialmente humana, y que no puede oprimir el alma bajo el armazón del hombre engranaje, es por eso que desde hace años estamos viviendo la animalización del hombre.
Entonces, este hombre-animal sometido por las tecnologías de la comunicación y el confort -a pesar y para que sea llevadera la dificultad de proyectar una vida a largo plazo-, por la medicalización de la salud mental y los consumos problemáticos, sólo responde a la dimensión estímulo-reacción, separándolo cada vez más de su comunidad y por lo tanto del amor y la felicidad. Con esto no quiero decir que se deba reprimir la dimensión animal del ser humano, sino integrar la dimensión instintiva, intelectual y espiritual-emocional que nos hacen cómo seres humanos. Sin perder el hilo, es necesario abordar, hablar y trabajar estas dimensiones en las escuelas, sacudir el avispero de las materias cómo habitualmente las conocemos y entender que las humanas y sociales, el arte y los deportes sí importan y sí sirven.
Respuesta Nro. 2: Ponernos a estudiar y no perder más tiempo
Es ineludible ubicarnos en la palmera, nos guste o no, vivimos en el capitalismo y debemos entender que el sistema internacional juega con esas reglas el partido. Me gusta salirme de la vieja dicotomía entre socialismo y capitalismo, para invertir el planisferio, y pensar una respuesta propia del Sur Global. Para esto debemos ver qué está pasando en el mundo y tener un pensamiento estratégico.
Si retomamos la idea de la política cómo la intervención de los sujetos en el proceso histórico, no va a ser desde el sector privado precisamente de donde se impulse el desarrollo. No obstante, la eterna propuesta de que “hay que bajarle los impuestos a los empresarios para que generen trabajo” sigue resonando siempre en las campañas. Pero a los que quieren jugar en el terreno de la eficiencia y eficacia, las empresas con participación estatal son las que encabezan la productividad, las innovaciones tecnológicas y copan los mercados. Sí, estamos hablando de China. Hay que mirar al lejano oriente, no para copiar o creer que existen recetas replicables e infalibles, pero sí para aprender de sus experiencias y modelos, y adaptarlo a la Argentina.
Otro proceso que me resulta interesante de observar es lo que está sucediendo en la Confederación del Sahel en África, dónde desde el Estado se están llevando a cabo transformaciones radicales en sus respectivos países que están llevando a mejores niveles de bienestar y económicos. En el caso de Burkina Faso, es encabezado por un joven Ibrahim Traoré de 37 años, y marca el camino del panafricanismo recordando a su compatriota Thomas Sankara.
Estamos hablando de realidades muy diferentes a la nuestra, y precisamente países que no se encuentran en una democracia formal, pero eso no debe ser un limitante para aprender de ellos lo que nos resulte útil. Además, en occidente las democracias no están en su prime, y están siendo amenazadas gravemente por la ola de los neoconservadores.
El valor de la democracia está directamente asociada a que los ciudadanos puedan aspirar a vivir en ella no solo en libertad, sino también dignamente, dónde desarrollar su proyecto de vida. Alfonsín planteaba que la fuerza de las amenazas reaccionarias no residían tanto en las mismas, sino en la disponibilidad de un pueblo en aceptarla.
A más de 40 años de la recuperación democrática en el país, la misma está más amenazada que nunca. Es por esto que considero que el espíritu de la democracia con contenido social no tiene la misma cantidad de oportunidades cómo otras experiencias, es tan grande la carga aspiracional que ella conlleva que la gente le exige mucho más que a otros modelos.
Volviendo al desarrollo, las Universidades Nacionales tienen un rol fundamental para esto. Toda potencia es una potencia industrial y tecnológica, y esto último es imposible sin ciencia, investigación y formación. No quiero redundar en esto, porque en el debate público de estos últimos dos años se han explicado las virtudes de nuestras casas de estudio, ante el ataque incesante del gobierno nacional para destruirlas. Está demás decir que no es un sistema perfecto, pero “la imperfección es un dato humano insoslayable e inevitable, pero también lo es la perfectibilidad, y la política tiene que ver con esto, aunque no le guste a los conservadores” (Alfonsín, 1996, p. 68).
También nuestras Universidades tienen mucho que aportar sobre otro debate fundamental para el desarrollo del país: La energía y su transición. Sin dudas que esta es una discusión que excede lo meramente técnico, es por eso que desde las diferentes disciplinas y sectores de la sociedad se debe participar en la toma de decisiones. Esta es una conversación que amerita otro artículo (ya que hay que poner sobre la mesa extensas bibliotecas de libros escritos respecto al tema), pero quiero explicitar mi acuerdo con la postura esbozada en Estado de Poder 2024. Energía, poder y transición (CLACSO, 2025), de la necesidad de la transición energética -sin desaprovechar actualmente las potencialidades que tiene el país en Vaca Muerta-, ante la urgencia ambiental, pero también para enfrentar al modelo global de la desigualdad que se ha estructurado desde la explotación y el uso de los combustibles fósiles.
Palabras finales
Si llegaste hasta acá, gracias por el tiempo y la atención. Este escrito no pretende inventar la pólvora, pero sí integrar ideas, conocimientos y discusiones que se fueron forjando a lo largo del tiempo dentro del grupo político del que formo parte. Espero que estas humildes reflexiones puedan aportar al debate por un mundo mejor, y aunque parezca tonto decirlo, un debate con argumentos.
El futuro no está predeterminado, pero no es tampoco un papel vació dónde podemos diseñar en forma absoluta nuestra voluntad (Alfonsín, 1996, p. 100)
Pd: Agradezco a Cami y a Rodri por siempre leerme cada borrador de lo que escribo. Y a mis amigos Jere y Juan, porque muchas de las ideas de este escrito tomaron forma en nuestras conversaciones.
Notas
*Pensar el desarrollo para la Argentina Contemporánea. Qué es el Desarrollo y cómo pensarlo. FUNDAR (2020) Disponible en: https://fund.ar/serie/pensar-el-desarrollo/
**Carta abierta: ES LA ECONOMÍA BIMONETARIA, ESTÚPIDO. Aportes para un debate argentino. https://x.com/CFKArgentina/status/1831995825880265209?lang=es


Fiel creyente de que todas las personas somos intelectuales -como decía Gramsci-, impulso este medio con el fin de generar herramientas para pensar crítica e históricamente. Profesor de Historia. Algún día voy a presentar la tesis. Bostero, fanático de Charly García, Borges y LeBron James.
Pd: no se me ocurrieron descripciones tan buenas como las de mis colegas