Ser tu propio jefe vs ser monotributista
¿Qué pasa con el empleo en la Argentina? ¿Qué representa el aumento de monotributistas en el mercado laboral? Mientras muchos creen que ser su “propio jefe” brinda independencia y libertad, la realidad es que este modelo a menudo oculta la precarización laboral. Desde docentes que deben facturar sus servicios hasta trabajadores de plataformas como Uber, la promesa de autonomía se desmorona ante la falta de derechos laborales.
ECONOMÍA
Nicolás Godoy
6/27/20246 min read


Esta semana en nuestro país, el tema de agenda es el desempleo. El lunes Carlos Pagni exponía en su editorial estos números[1], también sobre la caída del consumo y la actividad en diferentes sectores (debido a la alta recesión que atraviesa la economía argentina) y agregaba un condimento infaltable para comprender este proceso: un poco de historia. Hace más de 10 años la generación de empleo privado se encuentra planchada, aumentó el empleo público y -es acá donde quiero apuntar el análisis- principalmente cuentapropismo[2].
¿Qué es el cuentapropismo? básicamente, trabajadores independientes. Los que se registran, lo hacen mediante la figura legal del monotributo, en sus diferentes categorías. Históricamente podríamos identificar la figura del cuentapropista con la del comerciante y del profesional liberal (médico, abogado, contador, etc), la clase media y media/alta. Lo característico de esta actividad es que los mismos se encuentran en la esfera del intercambio, que poseen los medios correspondientes para ser independientes[3] y que ponen precio por lo que hacen o lo que venden -este precio varía según diferentes variantes contextuales-, que vale el tiempo de trabajo que conlleva ofrecer dicha mercancía. En otras palabras, se da una habitual relación entre vendedor y cliente.
Todo esto no significa que el número de cuentapropistas que aumentaron en estos años[4] son los mismos que mencionaba anteriormente, sino que tienen diferencias significativas. A los recientes los divido en dos grupos, “los prestadores de servicio” y los trabajadores de la economía popular, informal y/o subempleados[5].
Vamos a abordar a los primeros, estos no son un grupo heterogéneo, se dedican a diferentes actividades y parten de diferentes condiciones. Muchos son trabajadores estatales y docentes. Cualquiera que tenga un conocido que trabaje en la administración pública sabe que los más nuevos tienen que darse de alta en el monotributo para facturar al organismo correspondiente. En el caso de los docentes, principalmente son profesoras de educación especial que trabajan con niños, niñas y adolescentes con discapacidad en las escuelas, más conocidas cómo las maestras integradoras -profesión feminizada cómo la educación y la salud en general-. Estas docentes, facturan a las obras sociales, prepagas o particulares para poder percibir su sueldo, y en la mayoría de los casos con muchos meses de retraso.
Después, tenemos a los monotributistas que trabajan para empresas cómo Uber o PedidosYa, entre otras. A diferencia del grupo anterior, estos poseen un medio -a parte de la fuerza de trabajo- para llevar a cabo su actividad (auto[6], moto o bici), no perciben una remuneración fija y dependen de comercializadoras. Comercializadoras porque estas empresas (que a su vez tienen otros trabajadores que la sustentan) mediante sus aplicaciones abarcan el ofrecimiento y precio del servicio que brindan, y son ellas quienes determinan cuánto le van a pagar a quienes realizaron sus viajes. Es decir, el que “ofrece el servicio” a la empresa no pone el precio por su trabajo, es la empresa la que decide -sí, cómo un salario-. Pero, al presentarse esta nueva forma de trabajo de manera individualizada y desestructurada con respecto a los trabajos tradicionales, genera la falsa ilusión de que no son asalariados, sino que son “sus propios jefes” ya que pueden elegir el horario de trabajo y son dueños -aunque no en todos los casos- de las herramientas para su trabajo.
Ahora es donde debemos despejar la X de la ecuación ¿por qué en estos casos es una farsa la figura de cuentapropista? Porque el empleador decide cuanto te paga, no lo decide el que ofrece el servicio (cómo el abogado que le dice al cliente cuánto cuesta tal trámite), tampoco hay negociación entre “jefes”. La empresa no es cliente del que maneja o pedalea, es su patrón. Hay algo que se llama plusvalía, y es con lo que se quedan las empresas para amasar sus fortunas, mientras que los laburantes siguen en la misma de pelearla todos los días. Acá dialogamos con y desde Marx -pese a quien le pese, cuando hablamos del mundo de trabajo su referencia es ineludible-, para entender que la esencia del capitalismo se encuentra en el trabajo asalariado, dónde hay grupos que poseen los medios para la producción, y pagan un salario a las personas que está por debajo del valor de su trabajo, y es ahí donde sacan su ganancia.
Entonces, en el primer caso (docentes y trabajadores estatales) es más evidente que la figura legal del monotributo se utiliza para que el empleador no tenga que hacerse cargo de sus responsabilidades y que les sea mucho más fácil desprenderse de los trabajadores y pagar menos (por ej, no pagan vacaciones y esos meses tenes que rebuscartelas cómo sobrevivir hasta que te vuelvan a pagar).
Pero en la segunda situación, no es evidente la trampa. Todo esto genera trabajos más inestables y precarios, donde quien se enriquece por tu trabajo no se hace cargo de cuando te enfermes y no puedas trabajar, fallezca un familiar y otras tantas situaciones contempladas en los convenios colectivos de trabajo tradicionales. Recordá al kiosquero del barrio, es un ejemplo de ser “tu propio jefe”, porque es él el que pone el precio del laburo y de cada cosa que vende, y se queda con la totalidad de la ganancia (incluyendo los costos, obviamente). Podemos agregar, que el kiosquero no trabaja para nadie, el que hace Uber o PedidosYa, sí.
En otros países, estos trabajadores se están agremiando e incluso han logrado que las empresas le paguen un salario mínimo, vacaciones, jubilaciones y obra social (cómo el caso de los trabajadores de Uber en el Reino Unido[7]). Acá en Misiones vemos grupos de MotoUbers (cómo les decimos nosotros) que se organizan para defender sus condiciones de trabajo ante diferentes situaciones[8].
Para ir concluyendo, todo esto que comentaba no es algo nuevo, es un proceso de larga data que viene de los años 70’ aproximadamente, y es algo que se da a nivel global -si te interesa más el tema, podes leer esta nota que explica estos cambios-, pero que cada vez se va profundizando más. El predominio del sector de servicios en la economía actual, no es la que ofrece los mejores trabajos precisamente, no obstante el desempleo, el trabajo en negro y el trabajo asalariado con la figura del monotributista van en aumento; frente al empleo formal registrado que se encuentra planchado hace más de 10 años en nuestro país. Ante la falta de posibilidades, hoy estas empresas son vistas con buenos ojos, porque para muchas personas significa una buena salida laboral, y para otros tantos un servicio bastante eficiente, pero lo urgente no nos debe hacer olvidar lo importante.
Para los grandes defensores de la flexibilización laboral y quitar derechos a los trabajadores, la evidencia muestra que esto no mejora la calidad de vida a las personas, tampoco brindan más oportunidades, solo generan malestares debido a la inestabilidad y falta de posibilidades para pensar un futuro mejor.
Ante todo esto ¿qué alternativas hay? lo debatiremos en una próxima nota.
Notas
1 El desempleo aumentó un 7,7% en el primer trimestre del año. Fuente: INDEC.
2 “Del 2012 a Nov.-23, el número de trabajadores creció: - privado: 5% - público: 37% - monotributo: 80%”. Fuente: https://x.com/SalvadorVitell1/status/1769482958207873026/photo/1 https://misionesonline.net/2024/03/08/manifestacion-de-conductores-de-moto-uber-en-posadas-buscamos-medidas-de-seguridad-para-trabajar-tranquilos/
3 Opuesta es la situación del asalariado, que al no poseer esos medios, sale a buscar trabajo a cambio de un sueldo.
4 Sobre todo a partir del 2020, año de inicio de la pandemia.
5 Cuando lo hacen, es para poder obtener las prestaciones que da el trabajo formal, cómo aportes jubilatorios, obra social o poder contar con posibilidades que ofrecen los bancos.
6 Existen casos donde las personas alquilan los autos para poder trabajar de Uber.


Fiel creyente de que todas las personas somos intelectuales -como decía Gramsci-, impulso este medio con el fin de generar herramientas para pensar crítica e históricamente. Profesor de Historia. Algún día voy a presentar la tesis. Bostero, fanático de Charly García, Borges y LeBron James.
Pd: no se me ocurrieron descripciones tan buenas como las de mis colegas