Agustín Tosco y la CGT de los Argentinos

Una figura respetada y querida por multitudes. Una alternativa al sindicalismo que conocemos. "Yo no represento a una persona sino la posición colectiva de todos mis compañeros" A. Tosco

HISTORIA

Nicolás Godoy

5/1/20249 min read

El Contexto

En 1930 inicia un ciclo de ciudadanización proletaria en el país, es decir, inserción e influencia de la clase obrera en el proceso político institucional quedando relegada la estrategia de superar el sistema vigente, de la revolución. Así la clase obrera se inserta al socialismo, al comunismo, al radicalismo y para el 40’ al peronismo mayoritariamente. Este proceso de ciudadanización se profundiza en esta década durante el gobierno de Perón, lo cual no significó que no haya habido disputas internas por la conducción del gobierno, o entre las fracciones de la clase, siendo de todos modos relegadas por la burguesía nacional.

1955 abre un nuevo periodo por la crisis política entre peronistas y antiperonistas. También una crisis económica, abierta varios años atrás por las limitaciones tecnológicas, energéticas y de inversión en el país, cayendo así en contradicción el gobierno peronista debido a la política de inversiones extranjeras y el acercamiento a los Estados Unidos. Esto produjo un distanciamiento de una parte de la clase obrera, identificadas con las generaciones más jóvenes, las que ya acostumbradas a las mejoras logradas, no estaban dispuestos a dar marcha atrás en las mismas. Diferenciándose así de los trabajadores más antiguos que ofrecían mayor obsecuencia al peronismo ante que a los intereses de los trabajadores.

Los inicios de Tosco

En este escenario se construye la figura política de Agustín Tosco. Su historia es la historia de gran parte de la clase obrera argentina de esa época, atravesada por las migraciones del campo a la ciudad. De participación temprana en la política, tanto en la escuela como en la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), destacándose por su disciplina y formación intelectual. Su participación en la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLYF) lo puso en contacto con demás dirigentes del país, logrando hacerse de un prestigio nacional por su tarea en la federación. También se interiorizó en la situación de todo el país.

En el 55’ se produce su ruptura ideológica con el peronismo y adhiere al nacionalismo revolucionario. Tosco entendió que debía superarse la concepción sindicalista, que solo luchaba por cuestiones económico-profesionales, metiéndose de lleno en la lucha política general.

Durante el 57’, en el proceso de normalización de la CGT, la postura de Tosco de que la FATLYF no participara en las 62 organizaciones se impuso, en oposición a la línea de la Capital Federal -en el 61’ sufriría un revés, y se impondría la postura de sumarse a las 62-. Tosco se alineaba en la postura de los “independientes”, donde se encontraban los ferroviarios, petroleros, empleados de comercio, gastronómicos, obras sanitarias, gráficos, bancarios, etc., y nucleaba a radicales, socialistas, comunistas y peronistas. En tanto las 62 se dividía entre peronistas legalistas/vandoristas y ortodoxos.

Ya adentrados en el gobierno de Frondizi, se desarrolla una política combativa contra el mismo (en el inicio, una parte del movimiento obrero simpatizaba con el candidato de la UCRI, pero cuando este llegó al gobierno perdió el apoyo debido al giro en sus políticas) y que respondió con la persecución enmarcada en el Plan CONINTES. Esta confrontación continuó durante el interregno de Guido y el gobierno de Arturo Illia, debido -principalmente- por los cambios en la estructura productiva ante la necesidad de profundizar la industrialización.

Con respecto al gobierno de Illia, el plan de lucha de la CGT fue premeditado previo a la consagración del presidente, y lo motivan intereses partidarios del peronismo. Incluso, llegando a aliarse con las Fuerzas Armadas apoyando el golpe. Tosco, por su parte, en Córdoba acompañó el plan de lucha, caracterizado por el alto grado de disciplinamiento en las huelgas y tomas de fábrica en pos del programa nacionalista de Huerta Grande, pero se diferenció con respecto al golpe y las FFAA, apoyando al gobierno democrático. Esto marcó una clara oposición entre él y los sectores integrantes de las 62, cómplices del golpe.

Secretario General

Para el 59’, Tosco vuelve a Córdoba, y es elegido Secretario General de Luz y Fuerza. En su dirección, el gremio no abandona el terreno gremial, pero tampoco se limita a eso. “El gringo” logra un grado muy alto de unidad y concientización en los trabajadores, que se refleja en el acatamiento a las manifestaciones que se daban tanto por motivos gremiales como políticos.

El sindicato se caracterizó por ser democrático, transparente, de una fluida conexión entre la base, los delegados y el consejo directivo. En su gestión se construyó el barrio Luz y Fuerza, participando activamente en las cuestiones del barrio, como la autoadministración del agua. Además, le abría las puertas del gremio al movimiento estudiantil.

Electrum, su órgano de difusión, jugó un papel fundamental en la generación de conciencia y en la cohesión de la organización. Todas estas acciones le valieron adquirir tanto a él como al gremio, una reputación a nivel nacional. Esta intensa actividad del sindicato en la sociedad deja en claro el lugar de Tosco como mediador y articulador de una fuerza social.

La dictadura de Onganía y la ruptura de la CGT

Bajo la dictadura de Onganía se produjo una radicalización en el proceso de lucha de clases. Esto se debió a la derogación de legislaciones laborales, medidas económicas de tipo liberal y en favor del capital financiero, profundizado por la postura del “enemigo interno” del gobierno, aplicando la doctrina de seguridad nacional debido al “peligro comunista” potenciado por la revolución cubana.

Además, el ejército ya no se posiciona como un supuesto defensor de la Constitución Nacional y como un agente transitorio hasta la elección de un nuevo gobierno democrático -como en golpes anteriores-, en este momento su postura era de detentar el gobierno de forma permanente para imponer los “valores occidentales y cristianos”.

En los años 67’ y 68’ se produce una intensa lucha al interior del movimiento obrero, en un contexto de resistencia popular ante las medidas que iba desarrollando el gobierno. En el caso de Córdoba, la regional de la CGT sufrió un cambio en su composición que se reflejó en la renovación de autoridades. Se realizó una alianza entre los legalistas y los independientes, adoptando así la CGT Córdoba una férrea oposición al gobierno resultado a la influencia de este último.

Ante el fracaso del plan de acción lanzado en 1968 por la CGT nacional, un grupo de dirigentes reanudaron el diálogo con el gobierno, configurándose estos como el sector participacionista dentro del movimiento obrero, generando un gran descontento con las bases.

Esto derivó en la creación de la CGT de los Argentinos (CGTA). En el congreso de normalización de ese año, los participacionistas y los vandoristas abandonaron el congreso, agrupándose en la CGT Azopardo y prorrogando sus mandatos. Sin embargo el congreso normalizador siguió sesionando y eligió a Raimundo Ongaro como su Sec. General. Así en la CGTA se agruparon los gremios combativos -en su mayoría intervenidos- y adoptó los programas de la Falda y Huerta Grande, posicionándose en franca confrontación a la dictadura. Este espacio tenía una composición heterogénea en cuestiones ideológicas, dentro del espacio había radicales, peronistas, comunistas y socialistas.

El Cordobazo y sus consecuencias 

El Cordobazo marca un antes y un después en cuestiones de organización y movilización popular. Este acontecimiento estuvo precedido de una gran conflictividad social, en Corrientes en una protesta de universitarios asesinan a un estudiante, luego en Rosario sucede algo similar, se iniciaban los “azos”. Esto produjo un descontento general por parte de la sociedad, saliendo a las calles a protestar.

El conductor de esta lucha fue el proletariado industrial, acompañado del movimiento estudiantil, centros vecinales, sacerdotes tercermundistas, etc. Ambas CGT nacionales convocaron a un paro general en la semana del 29 de mayo. La manifestación en Córdoba formó parte de ese periodo de movilizaciones de masas y levantamientos populares en todo el país, siendo la más significativa tanto por su impacto como por su organización. En este contexto Tosco tomó relevancia a nivel nacional, reconocido como dirigente de las luchas populares y sintetizador de los reclamos de las diferentes fracciones políticas. Además, es a partir de aquí cuando Tosco empieza su viraje al socialismo.

Posteriormente al Cordobazo, Tosco fue apresado junto a otros referentes sindicales combativos. Sin embargo, en la cárcel continuó activamente su formación y militancia. A finales del año 69’ fue liberado debido a la escalada de las protestas y los pedidos de liberación de los presos políticos. En esta época fue asesinado Vandor y fueron intervenidos los sindicatos. En el año 70’ las luchas obreras siguieron en alza, aparecieron las guerrillas urbanas, se produjo la caída de Onganía y el ascenso de Levingston, generando así también un recambio en los interventores provinciales.

Ya en 1971 se prepara y se produce la movilización conocida como el Viborazo, que significó 3 días continuos de lucha, logrando tomar la ciudad y desbordar a la policía, hasta que el ejército desplegó una dura represión. En el resto del país también hubo manifestaciones, dando como resultado la renuncia de Levingston y la asunción de Lanusse. En este año, en el recambio de autoridades se desplazó a los ortodoxos de la conducción de la regional Córdoba, fortaleciéndose el acuerdo entre legalistas e independientes, siendo electo Atilio López Sec. General y Tosco como Adjunto. Sin embargo, ese mismo año el gringo fue detenido nuevamente y trasladado a Villa Devoto.

Todo este proceso marca un cambio en la concepción de las FF. AA. debido al grado de organización en las revueltas sociales, donde Tosco jugó un rol fundamental como articulador de esta fuerza social, siendo él el mediador entre las 62, los clasistas y los estudiantes.

En este periodo también define teóricamente sus perspectivas, partiendo del marxismo -reconociéndose como tal en el 72’- esbozó su postura sobre el sindicalismo de liberación, corriente que representaba la CGTA. Este significaba que el movimiento obrero debía luchar tanto por las reivindicaciones económico-profesionales como por metas políticas sobre un proyecto de país, donde el gremio debía encargarse de la concientización de la situación a los trabajadores, donde el poder reside en la democracia de las bases y que de esta manera se convertirían en una palanca para la liberación nacional y social en un gran frente popular, democrático y progresista.

Ya diluida la CGTA, la vuelta de Perón y la aparición de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina); Tosco fue arduamente perseguido, teniendo que pasar a la clandestinidad en 1974. En 1975 se enferma y fallece el 4 de noviembre, teniendo un funeral multitudinario.

Tanto la trayectoria de Tosco como de la CGTA no se logran agotar en el artículo, pero siendo 1° de mayo creí más que pertinente traer al presente esta experiencia histórica que significó una alternativa al modelo sindical que conocemos hoy día. Si te interesó este tema, podes profundizar más y escuchar nuestro capitulo dedicado a la CGTA en nuestro podcast, acá te dejo los links:

Youtube https://www.youtube.com/watch?v=oe2VWRoJg6w&ab_channel=ConelDiariodelLunes

Spotify https://open.spotify.com/episode/17J8CG8iYQjgjKjEppgOEF?si=8og-du41Tq6tLsjid7feBg

Esta nota está dedicada a mi papá, trabajador forestal desde joven, quien me enseñó a luchar por las causas justas. 

Bibliografía:

-Carrera, N. I., Grau, M. I., & Martí, A. (2006). Agustín Tosco: la clase revolucionaria.

-Bozza, J. A. D. (2009) La voluntad organizada. La CGT de Los Argentinos, una experiencia de radicalización sindical. [En línea] Anuario del Instituto de Historia Argentina, 9.

Tosco al frente de la columna y las mujeres en el Cordobazo. Foto de Carlos Ardiles, recuperada en el libro "El Cordobazo de las mujeres", de Bibiana Fulchieri.

Fiel creyente de que todas las personas somos intelectuales, como decía Gramsci, impulso este medio con el fin de generar herramientas para pensar crítica e históricamente. Profesor de Historia. Algún día voy a presentar la tesis. Bostero, fanático de Charly García, Borges y LeBron James.

Pd: no se me ocurrieron descripciones tan buenas como las de mis colegas

Agustín Tosco y Arturo Illia en el acto de inauguración de la Central Deán Funes, Córdoba. Año 1964

Portada del Electrum del 29 de mayo de 1969. El Número 220 se distribuyó el mismo día del Cordobazo.

Prensa de la CGTA

Agustín Tosco hablando en el aula Alberdi de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral. Acto organizado por el Centro de Estudiantes -durante la presidencia del dirigente radical Luis "Changui" Cáceres, quien se encuentra a la derecha de Tosco fumando un cigarrillo- y la CGT de los Argentinos. Fotografía extraída del perfil de facebook de Luis Cáceres